Los ocho siglos que duró la Reconquista (711–1492) llevada a cabo por los reinos cristianos del norte para recuperar las tierras sometidas por los musulmanes mantuvieron la Península Ibérica en permanente estado de guerra. Si se añaden a ello las tensiones internas entre la nobleza y la monarquía, frecuentes durante la Baja Edad Media y el Renacimiento, que derivan a veces en auténtica guerra civil, se comprende fácilmente el papel que jugaron los castillos y el por qué de su abundancia en España.
La mayor concentración de castillos se localiza en la Provincia de Jaén, ya que está considerada, junto con Siria y Palestina, el lugar del mundo con mayor número de torres, atalayas, fortalezas y castillos por kilómetro cuadrado debido a su ubicación estratégica en las diferentes batallas entre musulmanes y cristianos en su conquista de Al-Ándalus. Otro núcleo importante de concentración de castillos es la histórica región de Castilla, que a esta circunstancia debe precisamente su nombre. En el año 800, primer momento en que aparece en la historia la denominación de Castilla, las tierras que algo más de un siglo después se unificarían en el condado de ese nombre estaban salpicadas de castillos para la defensa del reino de León en su frontera con el Islam. A medida que esa frontera se fue desplazando hacia el sur, y en tanto en cuanto el reino de Aragón se comprometió también en la empresa de la reconquista, se fue creando a lo ancho de toda la península un frente cuajado de fortificaciones castelares. Los árabes, por su parte, también construyeron sus propias obras de defensa, lo que ha contribuido al número y variedad de castillos que se encuentran en España.
Inestimable trabajo de un año de "Kepa" en google-earth.es. Es una relación con todas las Fortificaciones defensivas de nuestro país.